Joaquín Grau, considera que en todo el proceso ontogénico, el sujeto pasa por seis distintos estadios de percepción (EP), según el desarrollo del sistema nervioso así como de los distintos ritmos de ondas cerebrales asociados, y, según esos estadios, la información es percibida -recibida y representada mentalmente- de diferente forma.
Como observa el neurólogo Karl Pribram, padre de la teoría holográfica del cerebro, “la información no es una propiedad de un hecho único, sino la relación entre ellos, su secuencia, su estructura jerárquica. La información está codificada de alguna manera en esas relaciones y se extrae de ellas”.
Para Grau, en los tres primeros estadios de percepción (en estados no ordinarios de conciencia), que abarcan desde la concepción hasta aproximadamente la época preverbal, y sobre todo en la etapa intrauterina, esa información adquiere la forma de representaciones altamente simbólicas.
Desde Esquilo a Carl Sagan, pasando por entre otros muchos pensadores, filósofos y científicos, entre ellos Darwin, se ha expresado la sospecha de que -en su proceso ontogénico- el feto vive su realidad en un estado que equivale o, por lo menos, se asemeja a la realidad onírica.
En ese sentido son numerosos los estudios que así lo indican, por ejemplo la psicóloga de la Universidad Johns Hopkins y una de las principales científicas en el estudio de las relaciones madre feto, Janet Di Pietro, precisa que el feto experimenta el movimiento ocular rápido (REM) del sueño de los adultos, de la misma opinión es el neonatólogo Carlo Bellieni. Y estudios realizados por neurocientíficos de la Universidad Friedrich Schiller de Jena, en Alemania, parecen haber demostrado ya que efectivamente soñamos antes de nacer.
Por otro lado se ha estudiado la relevancia de los distintos sentidos en el feto. Quizás de los más importantes sean los referidos a su capacidad de escuchar y procesar esa información, por ejemplo, un compendio de esos estudios es el artículo del psiquiatra Dr. Bernard Auriol, Las aguas primordiales: La vida sonora del feto.
Y clásicos ya, son los trabajos del otorrinolaringólogo Alfred Tomatis, que descubrió cómo la voz de la madre influye sobre el desarrollo del futuro recién nacido y condiciona su posible bienestar, y explica que "el feto oye desde los primeros meses", además "la absorción de la voz de la madre es el fenómeno más importante de toda la organización afectiva y emocional".
Aspecto sobre el que incide también la mencionada Di Pietro: "Sabemos que la voz materna es el estímulo externo más destacado para el feto" y que "el feto aprende la entonación del idioma materno".
Y clásicos ya, son los trabajos del otorrinolaringólogo Alfred Tomatis, que descubrió cómo la voz de la madre influye sobre el desarrollo del futuro recién nacido y condiciona su posible bienestar, y explica que "el feto oye desde los primeros meses", además "la absorción de la voz de la madre es el fenómeno más importante de toda la organización afectiva y emocional".
Aspecto sobre el que incide también la mencionada Di Pietro: "Sabemos que la voz materna es el estímulo externo más destacado para el feto" y que "el feto aprende la entonación del idioma materno".
Por su parte, el neonatólogo Peter W. Nathanielsz, sobre los efectos medioambientales en el feto, escribió en su libro Life in the Womb: The Origin of Health and Disease (Vida en el vientre: el origen de la salud y la enfermedad):
"La calidad de la vida en el útero, nuestro hogar temporal antes de nacer, establece nuestra susceptibilidad a las enfermedades coronarias, a los infartos, a la diabetes, a la obesidad y a otras muchas enfermedades durante la vida posterior"
Otros como el obstetra Michel Odent —precursor de las bañeras de dilatación— explica a lo largo de su obra, que la situación emocional de la madre embarazada influirá enormemente sobre el futuro emocional y la salud de su hijo, por lo que evidentemente el feto de alguna manera percibe dicho estado emocional.
En el mismo sentido, abundan diversos estudios científicos, por ejemplo un trabajo específico a cargo de la Dra. Natalia López Moratalla, catedrática de Bioquímica y Biología molecular de la Universidad de Navarra, revela los procesos emocionales que unen al feto y a la madre desde los primeros días de gestación.
Y la Dra. Ibone Olza Fernández, del Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda en Madrid, explica en un estudio los determinantes efectos de la ansiedad en el desarrollo neurológico del feto. Aspecto que recalca la psicóloga Pía Santelices, autora del artículo Actitudes negativas del embarazo y sus consecuencias con numerosas referencias científicas.
Y la Dra. Ibone Olza Fernández, del Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda en Madrid, explica en un estudio los determinantes efectos de la ansiedad en el desarrollo neurológico del feto. Aspecto que recalca la psicóloga Pía Santelices, autora del artículo Actitudes negativas del embarazo y sus consecuencias con numerosas referencias científicas.
Así mismo, el mencionado Dr. Carlo Bellieni, expone que el dolor comprobado en el feto es una prueba de su percepción], razonamiento que también apunta el neonatólogo profesor K.J.S. Anand, al igual que la Dra. M. Antonieta Flores Muñoz, en su artículo Neurofisiología del Dolor en el Feto y en el Recién Nacido”.
Cabe decir, que en este sentido hay un enfrentamiento en la medicina, dado que en el dolor y su percepción o no, se basa parte del debate sobre el aborto. Aunque, incluso los proabortistas están de acuerdo que al comienzo del tercer trimestre, el feto ya puede sentir dolor. No obstante, cuando se opera a un feto intrauterinamente, indica la Dra. Elena Carreras, jefa de la Unidad de Medicina Fetal del Hospital Vall d'Hebrón de Barcelona "por un principio de prudencia… siempre se administra sistemáticamente un cóctel analgésicosedante".
Otros autores, también defienden la percepción del feto incluso desde un punto de vista de la inteligencia lúdica fetal, como el Profesor de la Universidad Libre de Colombia, Carlos Alberto Jiménez Vélez.
Indicar también las conclusiones del estudio de La Carnegie Task Force on Meeting the Needs of Young Children, Starting Points, de 1994, dependiente de la Carnegie Corporation de Nueva York, que ha resumido 5 aspectos claves acerca del desarrollo del cerebro:
• El desarrollo cerebral durante la etapa prenatal y en el primer año de vida es más rápido y extensivo de lo que se creía.
• El desarrollo cerebral es más vulnerable a influencias del entorno de lo que se sospechaba.
• La influencia del entorno en el desarrollo temprano del cerebro es duradera.
• El entorno afecta no sólo el número de neuronas y el número de conexiones entre ellas, sino también la manera en que estas conexiones se "entrelazan".
• El estrés tiene un impacto negativo en el desarrollo cerebral.
Y un compendio con múltiples referencias científicas sobre la percepción intrauterina lo podemos encontrar en la Tesis Doctoral sobre la Ciencia del Inicio de la Vida, de la Dra. Eleanor Madruga Luzes.
Por otra parte, en el nacimiento las cosas parecen estar mucho más claras. Ya en 1916, Freud mencionaba el acto del nacimiento como una fuente de angustia, también su discípulo Otto Rank explicaba en 1924 que el parto era un momento crítico y altamente traumático.
Hoy sabemos además, que la producción de Adrenalina y Noradrenalina en el parto por parte del bebé es el tal que nunca más en su vida volverá a producirla en tal cantidad. Aspecto que igualmente indica el profesor de Obstetricia y Ginecología en la Universidad de Gotemburgo, Lars Hamberger, a la vez que incide en lo que esos momentos supone para el futuro del bebé.
En realidad, sobre el trauma en el parto, existe un gran número de estudios, referencias y bibliografía que podemos resumir en el artículo del Dr. William R. Emerson: El Trauma del Nacimiento: Los efectos psicológicos de las intervenciones Obstétricas.
Hay de señalar también, que en la fase inicial embrionaria, correspondiente al primer EP (Estadio de Percepción) señalado por Grau, antes de que aparezca ningún rastro de neuronas, ya existen las células Gliales, de las que hay evidencias que tienen actividad eléctrica y que en determinadas circunstancias pueden reemplazar en función y acción a las neuronas, y además, parecen tener una importancia en el proceso mental muy superior al hasta ahora admitido.
Hay
que tener en cuenta, que desde la concepción, el ser en desarrollo, tiene
capacidad de recoger información de su entorno, y ese entorno es el vientre
materno y por tanto su madre. El embrión y posteriormente el feto no solo
recibe de su madre nutrientes y oxígeno, sino también cualquier otro tipo de
información -ya sea física o psíquica que la madre procese- y que le
condicionará absolutamente.
Desde los estudios
del Dr. Bruce Lipton (Lipton 2007) y los posteriores en Epigenética, se conoce
que es la membrana celular y no el núcleo el que rige la vida celular. La
membrana celular es capaz, desde el primer momento de la formación de la
célula, de intercambiar información con el entorno.
A través de los
receptores de la membrana, recibe todo tipo de información que circula por ese
entorno y sin lugar a dudas condicionará su posterior desarrollo. Por otra
parte hay que indicar que el sistema nervioso humano comienza a formarse
aproximadamente en la tercera semana.
Información
Emocional en Anatheóresis
Anatheóresis recalca,
que esa información psíquica -recogida de su madre por el ser en desarrollo- es
básicamente emocional y como tal se procesará.
Para entender el
proceso, debemos recurrir al descubrimiento de la Dra. Candace Pert, el
receptor de opiáceos, y a los estudios sobre los péptidos. Indica la Dra. Pert,
que a dichos receptores se unirán unas determinadas macromoléculas, los
péptidos, que son los transportadores de la información.
En función del tipo
de péptido, la membrana celular producirá unos determinados efectos y una
retroalimentación, lo que condicionará la producción a su vez de otros péptidos
que llevarán esa información a otras células en diferentes zonas del organismo.
Señala también, que
cada péptido mediatiza un determinado estado emocional, y por tanto son la
manifestación bioquímica de las emociones. Significando que las funciones
psíquicas y corporales estarían influidas por las emociones, puesto que en la
mayoría, si no en todas, intervienen los péptidos.
Este proceso a su vez
implica que hay una red psicosomática, que engloba a los sistemas nervioso, endocrino
e inmunológico y que se extiende a lo largo y ancho de todo el organismo.
(Pert, 1999)
Al respecto señala la
Dra. Pert:
"Las emociones
son el contenido informacional, que es intercambiado vía la red psicosomática,
con los órganos, células y sistemas que participan en el proceso. Así como la
información, las emociones viajan en dos realidades: la de la mente y el
cuerpo, como péptido y receptores en la realidad física y como sentimientos y
emociones en el plano no material."
Actualmente se trabaja
con las 60 o 70 macromoléculas que componen el grupo de péptidos, bajo la
hipótesis de que cada uno de ellos pueda despertar un determinado estado
emocional, por lo que podrían constituir un lenguaje bioquímico emocional
universal.
Por tanto, si los péptidos
contienen la información codificada de las emociones, y el trasvase de
información se realiza a través de la membrana celular, no hay nada que impida
que toda la información que circula por el organismo de la madre, sea captada
desde el mismo instante de la fecundación, por ese organismo en desarrollo
dentro del vientre materno. Eso implicará que cualquier actividad, sea psíquica
o física de la madre, puede ser recogida y procesada de forma emocional por el
nonato.
Pero si dicha
información proviene de un impacto emocional agudo o, aunque sea de menor
potencia, se mantiene en el tiempo, posibilitará que si se siguen produciendo más impactos emocionalmente
análogos a lo largo de la vida del sujeto, finalmente podrían somatizar en
distintas disfunciones tanto psíquicas como físicas.
Básicamente lo que
ocurre, es que dicha información, recogida, procesada y la respuesta
consiguiente, se convertirán a lo largo del tiempo en una creencia,
generalmente inconsciente, para nuestro cuerpo y mente.
Joseph LeDoux, una de
las principales autoridades mundiales en neurofisiología de la emoción,
catedrático de la Universidad de Nueva York, e investigador de la lateralidad
cerebral, incide en la dimensión funcional y biológica de las emociones,
acentuando su decisiva influencia en la conducta humana. (LeDoux, 1999)
También desde la
Biología celular se incide en este tema, exponiendo en su obra el Dr. Bruce
Lipton, que el pensamiento y las creencias son absolutamente determinantes en
la salud. (Lipton, 2007)
Igualmente destacar
al Dr. David Servan-Schreiber, que demostró con su estudio científico que
"los sucesos dolorosos dejan una profunda marca en nuestros
cerebros", que "los trastornos emocionales…, fruto en muchas
ocasiones de dolorosas experiencias vividas en el pasado", y que además
indica, que no se puede separar el estado físico y el estado mental.
(Servan-Schreiber, 2005)
No podemos olvidar,
los estudios sobre la Inteligencia Emocional y su relación con la salud. Un
exponente, por la repercusión mediática obtenida y la cantidad de referencias
científicas, sea quizás el libro de Daniel Goleman, Inteligencia emocional.
(Goleman, 2001).
Es decir, ante uno
nuevo, si en el pasado se produjo un impacto análogo, la respuesta inmediata
será la que desarrolló en el trauma original y siguientes, y si esa respuesta
es dañina para el organismo, generalmente en forma de estrés, ansiedad, etc.
(inyecta de hormonas estresantes, inhibición del Sistema Inmunológico, etc.),
también lo será en el momento del impacto final, y cuanto mayor sea, mayor
repercusión negativa tendrá en el organismo.
Pero además,
Anatheóresis indica que lo análogo se atrae, por ello nuestro inconsciente
creará los mecanismos necesarios para que las emociones pasadas se puedan
repetir -dado que se ha convertido en una creencia-, incluso si éstas son
dañinas para nuestro organismo o nuestra psique.
Hay que tener en
cuenta que la información que emplea y procesa nuestro cerebro es básicamente
inconsciente, de hecho más del 95%.
Por tanto, cuando una
emoción -que como hemos indicado anteriormente está asociada a un neuropéptido-
se repite en el tiempo, o la emoción ha sido de tal intensidad que el cuerpo se
ha llenado de esas macromoléculas, las células pueden volverse adictas a ese
mismo neuropéptido.
El mecanismo es el
mismo que en la drogadicción. Bajo la perspectiva de la inseparabilidad mente
cuerpo -con un flujo de información en ambas direcciones- sería posible, que
inconscientemente, la mente haga los ajustes necesarios para poder generar
determinados neuropéptidos -reclamados por las células-, lo que implica sentir
esa misma emoción.
www.grau.anatheoresis.com
Mas información en: Tratado de Anatheóresis (Joaquín Grau)
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