lunes, 26 de febrero de 2018

¿Por qué Anatheóresis se sumerge en las Ondas Theta?



Uno de los fundamentos en los que se basa Anatheóresis es la inducción del paciente a un estado de relajación en el cual, durante toda la sesión, éste se mantiene plenamente consciente gracias a las inducciones al estado de ritmos cerebrales theta pero, ¿qué tienen de especial esos ritmos para que  el paciente pueda vivenciar hechos que de otra forma no podría?

Para entenderlo mejor debemos centrarnos en el modo de funcionamiento del cerebro, seguramente el órgano más complejo del ser humano por cuanto aún se sigue estudiando para conocer más acerca de sus conexiones y las influencias que ejerce en las personas. 

Los procesos cerebrales siguen siendo hoy en día una incógnita para los estudiosos, pero lo que sí se conoce es que existen cuatro grandes planos de frecuencia de ondas eléctricas cerebrales que pueden ser recogidas por un electroencefalógrafo.

Es en este aparato donde se puede establecer un punto de partida desde la respuesta plana, es decir, la muerte para, a partir de ahí, estudiar cómo la frecuencia de las ondas cerebrales han ido aumentando a la vez que el cerebro ha ido acumulando mayor complejidad hasta llegar a unos 35 Hz, e incluso más.

Entre el 0 y esos más de 35 Hz es donde nos podemos encontrar los cuatro grandes grupos de frecuencia a los que nos referimos:


  • Ondas Delta: abarca desde los 0,5 hasta los 4 Hz. A este nivel llegamos cuando dormimos pero no estamos soñando y, al despertar, no recordamos nada de cuanto ha pasado durante ese tiempo. La hipnosis profunda llega hasta este nivel lento, por lo que el paciente no es consciente de nada durante su terapia.
  • Ondas Theta: desde los 4 hasta los 8 Hz. Es un estado donde aparece el sueño pero no llegamos a estar dormidos. Destaca por su alta creatividad y emotividad. El paciente se encuentra consciente en todo momento y son los ritmos sobre los que trabaja Anatheóresis.
  • Ondas Alfa: desde los 8 hasta los 14 Hz. Corresponde al estamento en el que nos encontramos cuando tenemos una buena relajación y se caracteriza por su paz, armonía y tranquilidad.
  • Ondas Beta: de los 14 Hz hasta los 50 Hz. Es un estado tenso y de constante alarma ya que se está produciendo una acción, ya sea física o mental. Es el estado habitual en nuestro día a día y en vigilia, donde nuestro cerebro tiene una intensa actividad.

Por lo tanto, es en las ondas delta, theta y alfa donde se producen los ritmos llamados de ondas lentas y bajas, en los que el hemisferio cerebral derecho cobra especial importancia, y en  las ondas beta o rápidas/altas, es el hemisferio cerebral izquierdo el que adquiere mayor protagonismo. Y, aunque de sobra es conocido que ambos hemisferios se complementan hasta el punto de que pueden asumir casi la totalidad de las funciones del otro, la verdad es que cada lado es experto en una visión determinada de la realidad.

Por un lado, el hemisferio cerebral izquierdo destaca por su capacidad de objetivar, es decir, escindir la realidad entre el yo y el otro. Es capaz de razonar y enjuiciar, de abstraerse y llegar al concepto, interpretar y recordar, analizar lógicamente, medir el tiempo y argumentar de una forma reduccionista. Mientras que el hemisferio derecho se mueve más desde lo subjetivo, los sentimientos y las emociones, símbolos y vivencias, ver el todo pero sintetizando las formas al fijarse más en las imágenes.

Es por ello que Anatheóresis ahonde en las ondas theta, para poner en funcionamiento aquellos hitos que se encuentran dentro de nosotros, sumergidos en el hemisferio cerebral derecho y que, el izquierdo, en su ansia por buscar un razonamiento lógico acaba colapsándolo evitando que en un estado de vigilia podamos vivenciarlo.

www.Anatheoresismadrid.com





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